Por: Fabián Molina Martínez
El Emblemático
Con una cierta y aparente normalidad la gente va asumiendo la convivencia con el Covi-19, se asumen nuevas formas de interactuar y de enfrentar los temores que genera lo incierto, ante una necesidad de seguir viviendo.
En la paso de la actual semana observe la realización de los grados en distintos colegios del municipio y se promueve por redes sociales el lanzamiento del Festival Cuna de Acordeones 2022 el próximo 2 de diciembre, así como diversos eventos musicales para fin de año.
Todo en paralelo al desarrollo de la cuarta ola de contagios del llamado coranavirus, la ampliación del estado de emergencia sanitaria en el territorio colombiano y la nueva variante Sub africana “Ómicron“.
Parecen dos dimensiones desconocidas, una que busca vivir a tope como si nada pasara, es como una realidad bajo efectos de una sustancia psicoactiva y la otra haciendo resistencia al virus. Es al final la lucha entre la vida del consumo y la solidaridad humana.
Los antecedentes de las pandemias indican que el segundo año los riesgos son mayores porque el agotamiento emocional hace de cierta forma que la gente se relaje en su cuidado, lo cual podemos evidenciar en el día a día, la gente deja de usar el tapabocas, o lo usa inadecuadamente y ni que hablar de la distancia física.
Y me da la sensación que los responsables de las medidas sanitarias y de promover la prevención se les agotaron las fuerzas para continuar con su deber, pero en cierto sentido es entendible ante esa desidia de la comunidad, la ausencia de empatía y solidaridad, pero sobre todo de ignorancia.
Llego diciembre en esta ocasión parece que no traerá ventolera sino lluvia, como efecto de una situación a la que tampoco se le para bola, el cambio climático!!! Pero bueno esto es lo que toca en un mundo que piensa más en que se pondrá el 24 y 31 de Diciembre, que en tener paz personal y ayudar a los otros.
Dios permita que este diciembre se pueda compartir en familia, amigos y la gente del pueblo en condiciones mínimas, y no tengamos efectos colaterales del desenfrenado afán de celebrar y convocar a eventos sin aforos como sino existirá un mañana.
Pero como dicen los sabios de mi pueblo: “hay que deja que la leña arda, porque es de mamón“, y para que vean cómo está ardiendo en Villanueva les comparto este dato del 22 de Noviembre en la página del Ministerio de salud en relación al nivel de afectación (siendo el color rojo nivel alto) y usted concluya.
Yo, podría decir que la falta de auto respeto se adueña cada día mas de nosotros, se ha perdido el dolor por el otro y eso hasta cierto punto lo podríamos entender en Villanueva, después de ser tan resilientes de cada eventualidad que nos ha tocado superar, con o sin conocimiento toca pararse, limpiarse y seguir es como si la vida no te estuviera dando tiempo para pensar o reflexionar por un segundo. La pandemia se ha vuelto mas inteligente que los humanos ..................