Un adiós …

El camino de la vida es tan sorprendente como enigmático, cada día nos genera momentos de consciencia y aprendizaje; claro eso para quien realmente estás conectado con el aquí y el ahora, es decir con el presente.

Pero últimamente encuentro cómo las personas viven sumergidas en los avatares de la vida, en una incansable competencia de tener más que el otro, otro que habitualmente es un familiar o un amigo; y empiezan una relaciones basadas en una intención de demostrar lo supuestamente exitoso que se es en la vida.

Y se pasan la vida acumulando o queriendo tener títulos y decir con el pecho inflado “soy doctor en …”, o acabo de comprar el último dispositivo o lucir las mejores galas cuando implica una reunión o encuentro social; la vida circula en un escenario que desdibuja la razón de nuestro tránsito por este mundo.

Lo cual es paradójico ante los tiempos que vivimos; en estos 17 meses de pandemia en Colombia, quedó claro nuestra fragilidad humana, la cual no ha discriminado entre ricos o pobres, adultos mayores o jóvenes, deportista o sedentarios, comunistas o ultraderecha; pues a la final todos hemos tenido una experiencia que nos ha puesto a pensar por algunos días y en forma contundente que efectivamente estamos de paso por esta tierra.

En algunos casos esto ha promovido un acercamiento al mundo espiritual, y según en lo que crees y las formas que te relaciones con lo que crees, y sumado con los niveles de consciencia (vivir en el presente) logrados; se han podido enfrentar los miedos y temores que hemos experimentado ante un enemigo invisible.

Lo cierto y materialmente probable es que se ha ido mucha gente valiosa, que si inicio a enumerar no alcanzaría a construir el listado por los sentimientos que eso implica, y que en algunos casos nuestra mente y sus recuerdos nos hacen mantenernos en esa etapa de negación del duelo.

Pero llegará un momento donde el tiempo; acompasado con la fuerza suprema del universo tendremos la fortaleza de asumir ese adiós o hasta pronto que hemos tenido que decir; y será el sabio tiempo, el único que en verdad no ha parado, quien nos dirá ya es el tiempo de recordar y mantener a los que se fueran con alegría.

Que será la forma de recordar al amigo octogenario que no logré conocer personalmente, sólo por interpuesta persona que nos conectaba a través de mis ocurrencias o frases ante ciertos temas, lo cual generaba risa y admiración; mi amigo ya no está, no logre tener una conversación personal y en cuerpo presente.

Pero hoy entre su legado en la tierra deja a una gran persona, quien lo representa con rectitud y con quien seguirá esa conexión, y en su honor nos seguiremos riendo de las irreverencia y buscando en lo simple la felicidad.

La esencia está en el ser, así la mayoría de la humanidad se centre en el tener y el hacer. Cuando las cosas no surgen de tu interior, los vacíos siempre estarán y entrarás en el círculo vicioso de tener para crear una falsa felicidad.

Fabián Molina Martínez

El Emblemático

15 de Agosto/2021